Como padre, me llenaba de orgullo comentar a mis amistades que mi niña, desde que aprendió a leer, se bebía los libros. Le encantaba, en cuanto terminaba un libro, que fuéramos a buscar el siguiente. A veces, incluso se leía el libro completo, y no era precisamente corto, el mismo día que lo comprábamos. Aunque ahora atravieso por el mismo «idilio» con mi hija pequeña, que tiene 7 años, me pregunto… ¿por qué mi hija mayor perdió de buenas a primeras el interés por la lectura?
Pues buscando información sobre el tema me topé con la que llaman crisis lectora en los niños, o crisis del hábito lector. Aunque también se puede dar en adultos, nos vamos a centrar, en este post, en la de los niños de 7-9 años, en sus causas y en la búsqueda de soluciones.
Posibles causas de la crisis lectora
Nivel del libro inadecuado. Aquí nos topamos con los dos extremos: o bien se le ha quedado pequeña la lectura que le ofrecemos a nuestros hijos (formato demasiado infantil por ejemplo por un exceso de ilusltraciones) o bien porque le viene grande (no tiene todavía la madurez lectora necesaria para afrontar una trama más larga o compleja).
Temática inadecuada. Este punto es muy importante, ya que nuestros hijos, aunque no queramos, se van haciendo mayores, y a lo mejor aquella lectura basada en cuentos clásicos, fábulas, princesas, caballeros, dragones… ya no es de su agrado y quiere, por ejemplo, algo más actual.
Saturación. Conforme van subiendo de curso en primaria, van teniendo más deberes para casa. Si le sumamos también las extraescolares, muchas veces, el tiempo que les queda para jugar es casi simbólico y, puestos a elegir, entre jugar o leer, suelen decantarse por lo primero. Sobre todo si tienen algún hermano a mano 😉
Mal enfoque educativo. ¿Tus hijos han realizado alguna ficha de lectura de esas en las que, tras terminar de leer el libro tienen que responder preguntas sobre el mismo? Personaje principal, lugar de la trama, título, autor… Al final terminan asociando la lectura con una tarea de clase, que, por regla general, ven como algo negativo. No ponemos en duda de la utilidad de una ficha en cuanto a asegurar la comprensión de lo leído, pero habría que valorar también la connotación negativa que acabamos de comentar.
Posibles soluciones para la pérdida del interés por la lectura
Como primera solución, como no, os vamos a recomendar que probéis con CartaCuentos 😉 Se trata de cartas personalizadas que el niño recibe en el buzón de casa, lo cual es ya un aliciente para que las lea. En las cartas, un misterioso personaje le va a ir contando diferentes historias o relatos de lo más variado que nos van a servir para explorar qué tipo de libros le pueden gustar más o menos a nuestros hijos. Además, para tenerlos motivados, cada historia o relato le lleva a encontrar una pista oculta en su propia casa. El nexo de todas las cartas es descubrir quién se esconde detrás de las misteriosas cartas, para lo cual tiene que reunir todas las pistas. Es un camino interesante que pocos niños se resisten a seguir hasta el final 😀
Pero si no te convence la solución anterior, en el post Cómo motivar a tu hijo para que lea te dábamos muy buenos consejos para recuperar ese interés de tu hijo por la lectura. Esperamos de corazón que os sirvan.
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